lunes, 30 de julio de 2012

Hora 25

La verdad la verdad mentiría si dijera que no me quedé en la fiesta al verla que llegó sola. Mentiría si dijera que realmente tenía ganas de bailar aquella cumbia y que mi mente no dejaba de pensar en aquella película de Edward Norton donde imagina una vida alterna, una vida feliz y estable con una mujer como esta. Lo único cierto es que no quería que la noche terminara. Platicamos poco, sólo lo suficiente. De las 5 veces que charlamos directamente por espacios relativamente prolongados, dos fueron para debatir sobre el destino del mouse en la página de youtube, una para discutir sobre las bondades y defectos del ron y las otras dos sobre temas varios de un encuentro anterior. Por suerte o por lo que sea, nunca tocamos los temas difíciles que nos recordarían un presente individual que nos alejaría de la perfecta geometría del momento. No recuerdo otra reunión de la que me alegrara ver a tan pocos amigos. Puede ser poco amigable el comentario pero una persona más hubiera roto el equilibrio de la reunión que termino en fiesta. Sólo quiero dejar testimonio de lo agradable de la noche. Para mí para que no se me olvide, si en algún momento se dan las condiciones sé que ella y yo podríamos hacer un buen equipo. Soy torpe para estas descripciones, mejor una canción que no tiene nada que ver al menos directamente con lo arriba escrito.


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