sábado, 6 de marzo de 2010

Métdodo Fidias

Iris y pupilas profundos, las piernas 1.6 veces más largas que el torso, el torso 1.6 veces más largo que la cabeza. La primer falange de los dedos debe ser más larga que la segunda y la segunda más larga que la última. La fórmula usada por los escultores griegos de la antigüedad para calcular las proporciones perfectas. La medida dorada de la composición, simetría y proporción. La formula griega en virtud de la cual nos gusta lo que nos gusta.

Según los antropólogos la realidad se construye en gran medida con base en el uso del lenguaje del grupo, de tal manera que casi todos respondemos de la misma manera ante los estímulos visuales (me refiero a los occidentales hombres económicos de necesidades). Por esta razón nos resulta casi imposible no formar patrones. El cerebro lo hace por nosotros aunque no queramos por medio de algunas leyes que moldean nuestra percepción. La realidad y lo que consideramos como bello o valioso son construcciones sociales cargadas de subjetividad.

¿Leyes naturales? o ¿Comportamientos aprendidos?

La necesidad de simplicidad es algo inherente a cada uno de nosotros. Cuando son posibles diferentes interpretaciones, la primera que adquirirá forma encuentra mente es la más simple. El cerebro constantemente intenta darle sentido al mundo, conjuntando la información desigual y buscando un patrón para ella. La interpretación de estas leyes de la percepción, representan el principio de ser económico con la información, lo cual nos reduce a reconocer en cualquier imagen la estructura geométrica más regular, más simple, más simétrica o más probable.

¿Por qué nos gusta lo que nos gusta? ¿Por qué hacemos lo que hacemos?

Referencia: No pude poner la nota al pie pero la última idea pertenece integramente a
Luc de Brabandère, La mitad olvidada del cambio, México, Ed. Continental, 2006, p. 52

No hay comentarios:

Publicar un comentario