De tristes payasos

Una de las razones para tener un blog es la de acostumbrarse a escribir continuamente. Sacar las ideas y escupir todo eso que esta ahí, sacarlo para que no se pudra adentro, ahí en el cerebro, el corazón o los pulmones. Para los condenados a esto de hablar y escribir, esa especie de lisiados (o elegidos privilegiados según el autoestima de quien lea), obreros de del carbón y del papel, no nos queda de otra más que platicarle a la pantalla y que ella refleje nuestros temores escondidos en palabras que forman oraciones, sustantivos y verbos, palabras y sólo eso…eso que al final será lo único que quede.

El punto es que hay que escribir regularmente y a veces nomás no se puede. Cada quien encuentra la inspiración de diferente manera, hay quienes como Joe Escalante and The Vandals (una de las mejores bandas de punk que haya existido jamás o al menos si de las más divertidas) pueden crear a partir de momentos de alegría, su obra es toda diversión y risas. Otros necesitamos del insomnio. Aquí y ahora con este pinche dolor (totalmente físico) que cala hasta los huesos, después de haber dormido un par de horas y con ganas de darte de topes en la pared hasta desaparecer, sólo así, parecen que las ideas logran ser claras.

Bueno…aquí de vuelta que hay que escribir mucho. Sólo para que conste en acta, odio esto, no esta chido ser así, detesto estar así, te envidio Joe Escalante. Lo bueno es que los días pasan. Por el momento se que la noche será larga, no puedo hacer nada más que esperar a que amanezca.